Extraño sentarme a escribir pero siento que no hay manera de abrir algo que está cerrado hace demasiado tiempo, mis días son iguales a los de ayer, con la diferencia que hoy soy un poco más que el ayer.
Puedo ver su sonrisa en mi mente, trato de dibujarla una y otra vez... Pero tengo que aceptar que no podré mirarla a los ojos nuevamente, no puedo correr a sus brazos , no puedo ver como se le dibujan unos pequeños hoyuelos en sus cachetes, ni disfrutar de un café calentito por la tarde mirando tele. Mientras los demás pueden hacerlo, y no lo disfrutan.
Es solo tratar de encontrar eso que hace falta, es tratar de saber QUE es lo que se necesita, dentro de unos días empiezo mi última residencia, todavía no termino de asimilar que es la ÚLTIMA, que es el último paso para recibirme, y queda poco para cumplir nuestra promesa, no me arrepiento de haberme atrasado en la carrera, no me arrepiento de ver a mis compañeras recibidas, me hubiese arrepentido verme recibida hace un año y medio, porque no era fuerte, hubiera tomado el camino triste de recibirme con una nota que no me ayudara a ser nada, hoy me siento fuerte, me siento capaz de dar lo máximo de mi.
Tengo ganas de algo nuevo, de algo que salga de lo cotidiano, que me llegue de manera improvisada, y sin rutina.
¿El amor en algún momento pasa a un segundo plano?
Es algo más que un pensamiento, es aceptar que no volverás, cuándo más te extraño.