3 sept 2009

Verdades que matan


En un pequeño trozo de papel, en el que apenas se podía divisar unas pocas palabras y unos cuantos números... De manera borrosa...
Me recordó a una particular situación... En la que yo y él fuimos los protagonistas...
El momento transcurrió lo suficientemente rápido como para que él lo olvide, y para que yo lo recordara hasta el día de hoy.
Llegó, me preguntó si ya había cambiado mi celular, y yo le respondí con una sonrisa...Si
Instantáneamente saca una libreta, tomó una hoja, la rompió y en ella escribió su nombre (para que nunca lo olvidara) y su número telefónico.
Mi miró y me dijo... Escribime...
Yo simplemente guardé el trozo de papel. Y pasaron las horas rápidamente. Volvió.
Y me preguntó...
¿Por qué no me mandastes ningún mensaje?
Respondí: Te iba a escribir en un par de días...
Él dijo: Quiero que lo hagas ya...
Respondí: Hoy a la noche te escribo.
Y así ocurrió. Él se volvió parte de mi vida, yo me volví parte de la suya, aunque mi sentimiento fue más allá.
Hoy queda ese pequeño trozo de papel en algún cuaderno guardado.
Hoy queda este sentimiento desgarrador por haberle dicho que no me interesa más…
Una simple canción que me recuerda, cada mes, cada día, cada actitud tuya.
Cada m-e-n-t-i-r-a.

Has llegado al límite de la miseria, has logrado calmar mi corazón... Con mentiras absurdas...
Y ahora... lo único que te pido es que te marches de mi lado.

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